DIÁLOGO:
EL BURRO Y EL MONO (*)
II
Para mi querido amigo Francisco Carrillo, consecuente activista del SOITPSA, que se encuentra superando una dolencia.
Habla el Mono emocionado:
—Amigo estoy admirado
de su claro entendimiento
estaba mal informado
con un falso pensamiento.
—Pues nos persigue ese
estigma
por todo este mundo ingrato
pero no es ningún enigma,
el culpable es un Pilato.
—Quisiera que me dé luces,
amigo, sobre este tema
mientras suave me conduces
y me aclaras el dilema.
—Es muy sencillo el
problema,
el hombre para avanzar
necesitaba la fuerza:
el toro entró al sistema,
igualmente el caballar
y el burro si se esfuerza.
El toro por su gran peso
fue destinado al arado,
bárbaramente explotado
hasta quedar hecho hueso.
El caballo que es potencia
les sirve como transporte
y como una arma de guerra,
el bello con su eficiencia
quizá es el que más soporte
la crueldad en esta tierra.
El burro menos dotado
que estos potentes hermanos
fue destinado a la carga,
y duramente azotado
en una vida muy larga
y al fin pasto de gusanos.
—No me gusta la tristeza
me gusta a mí la alegría
reír y pasear como alteza
bailando con melodía.
—La vida no es un solaz
que todo el tiempo nos dura
hasta el ser más perspicaz
tropieza en la sepultura.
—Me haces pensar como un
santo,
lo que no logro entender
es por qué te azotan tanto
si cumples con tu deber
y sirves al adelanto.
—Todo tiene explicación
en este asunto que valoro,
al querernos comparar
con el caballo y el toro;
de éste su fuerza al tirar
y del caballo trotón
su velocidad que añoro;
mas no tengo esos dones
que me quieren imponer
por eso las sin razones,
que siempre son de temer.
Me ponen peso pesado
como si yo fuera un toro
y que corra tan veloz
como un corcel desbocado,
esta injusticia deploro
por ser malvada y atroz.
—Voy entendiendo, mi amigo,
el porqué de ese maltrato
es como si aquí en el monte
traigan al gorila ñato
a medir fuerzas conmigo
como si fuese un bisonte.
O me pongan a correr
con una veloz gacela
me la pasaría en vela
sin jamás poderla ver.
—Muy buena la semejanza
con que ilustras el
conflicto
eso me da la confianza
de que eres un Mono
estricto.
—Yo seré muy juguetón
y también irresponsable,
pero distingo al matón
y todo lo condenable.
—Desde el oscuro rincón
asecha espíritu malo(**)
para hincar el corazón
del bondadoso Chilalo. (***)
En la maldad de este globo
porque el burro no es ligero
con las cargas en su lomo
le dicen lerdo y embustero.
Si no tiene fuerza como
un gigantesco algarrobo
le dicen inepto y bobo.
Y con esa sin razón
justifican el chicote,
los palazos, el azote
y toda flagelación.
¿Y qué nos queda hermanito
en este mundo atroz?
¡El luchar por nuestra vida!
¡Rechazamos lo inaudito:
no podemos ir veloz
ni hacer fuerza indebida
así el demonio maldito
sea como un lobo feroz!
¡Por eso la rebeldía
como una candente brasa
que enarbola nuestra raza
por tanta carnicería!
—¡Hermano, me has conmovido,
yo también levanto el brazo
contra el injusto poder;
aunque yo soy divertido
todo maltrato rechazo
y jamás puedo ceder!
—Me alegra que estés conmigo
aunados en el deber
como agua clara al beber
contra cualquier enemigo!
Fin del capítulo II
Continuará.
Notas:
(*)
Cuadernos de NMS. Diálogos.
(**)
Asechar: poner o armar asechanza
(RAE).
Acechar:
observar, aguardar cautelosamente con algún propósito (RAE).
Asechanza:
engaño o trampa para hacer daño a alguien (RAE).
Por tener el mismo origen etimológico,
acechar y asechar han tenido y
tienen empleos comunes. Hoy predomina en acechar el significado de observar,
espiar, vigilar cautelosamente; en asechar
se une esta vigilancia la idea de trampa o engaño para causar daño. Por eso,
el espíritu malo asecha, por lo que
he utilizado este término, aunque su uso está decayendo.
(***)
Chilalo u hornero del pacífico
(Furnarius cinnamomeus) es una ave típica de los bosques secos ecuatoriales del
Perú y Ecuador y mide aproximadamente 18 centímetros. Su color canela cubre la
mayor parte de su cuerpo, su parte inferior es blanca y tiene ojos amarillos.
Construye fuertes nidos de barro (ollero). Se le llama Tiluche en quechua y aymara. En el norte de Perú es un pájaro
mítico (Mito del Chilalo o Mito de Simbilá). Se cree que inspiró al hombre el
arte de la alfarería. Se cree que pronostica el Fenómeno El Niño. Da la hora a
los campesinos y se le tiene como un pájaro de espíritu bondadoso.
(****)
Ilustración de Martín Vite Bautista.
Alcalá de Henares, otoño de
2018.
NMS.