miércoles, 30 de enero de 2019

IV. DIÁLOGO: EL BURRO Y EL MONO




 DIÁLOGO: EL BURRO Y EL MONO (*)

A mi entrañable amigo Martín Vite Bautista, 
maravilloso artista del pueblo.


IV


   Sigue el Burro en su elocuencia:

—Te propongo en consecuencia
ver nuestra seguridad
tiene que ser de inmediato;
pues si no hay la providencia
el peligro es mal innato
que sorprende con crueldad.

—No me había dado cuenta
que en tu lomo voy subido
y tú no eres de este medio.

—Hagamos el plan debido
y pongamos el remedio
para enfrentar la tormenta.

—tenemos muchos hermanos
que avisan de la amenaza
cuando por doquier asecha:
desde el zorrito que caza
 a la cebra que retrecha,
al sapo de los pantanos,
los pájaros con sus trinos
delatan a los felinos
y todo ser desvalido
cumple con su cometido.

—¿Sabrás tú de esa señal
cuando el peligro es latente?
¡Si vas como un pavo real
con tu figura imponente!

—Já, já, já, hermano burrito,
con la vida no jugamos
las señas están impresas
en nuestras duras cabezas
y así esté en un dulce rito
la alarma la desciframos.
Y sabemos con certeza
por donde el peligro viene
puede ser desde la tierra,
una fiera en la maleza;
desde el aire se sostiene
la audaz águila que aterra;
desde el agua una serpiente
que aparece de repente.
O del gigante árbol viejo
nos avisan las abejas
de una araña venenosa
escondida en sus madejas,
se pone alerta el cortejo
para huir de la que acosa.

—¿Y entiendes ese lenguaje
de especies muy diferentes
en el ruido del paisaje
por más que tú te concentres?

—Estamos acostumbrados
a esa clase de bullicio
y saber tener el juicio
para que sean descifrados.

—¿Qué haremos, hermano Mono,
si la señal nos avisa
que una fiera nos ataca?
¿Saltarás tú muy de prisa
haciendo pura alharaca
dejándome en abandono?

—Mi hermano, qué compromiso
me planteas con razón
es como espinoso erizo
que me punza el corazón.
La ley de la selva es dura,
la vida pende de un hilo
no es ninguna cobardía
tener que huir a la espesura
si la muerte con sigilo
te mata con villanía.

—¿Permitirás que la fiera
me descuartice con furia
mientras saltas la barrera
ya sin ninguna penuria?

—¡Qué puedo hacer con el malo
que sin piedad te destroza,
solo trepar en el palo
como el humilde en su choza!
Cuántas veces vi a mamás
con sin igual heroísmo
enfrentarse al sanguinario
para salvar a sus crías.
Cuánta congoja si estás
tú como un manso canario
viendo hijo y madre en sangrías
en fauces del salvajismo
sin salir al escenario
por enfermo debilismo
y tamañas cobardías.

—Por eso hay que ser prudente
y cuidar la vida entera,
el peligro es inminente
y ser sereno en el tema
con un plan inteligente
y  una hábil estratagema
sorprendamos a la fiera
con algo que no lo espera.

—¿Cómo es eso, hermano Burro,
a tu ingenio yo recurro?



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Nota muy importante:
La publicación del Diálogo: El Burro y el Mono se hará en su totalidad en vía digital o en papel. Muchas gracias a los fieles lectores, abrazos inmensos.



Alcalá de Henares, invierno de 2019.


(*) Cuadernos de NMS: Diálogos.
(**) Ilustración de Martí Vite Bautista.



viernes, 11 de enero de 2019

III. DIÁLOGO: EL BURRO Y EL MONO






DIÁLOGO: EL BURRO Y EL MONO (*)

III




A mi querido sobrino David Salomón

en su lucha por salir adelante.



—Eres un amigo noble
al que se da la amistad
como a un frondoso roble
lleno de fraternidad.
Como has tenido confianza
en este pobre Monito
yo te contaré mi historia
sin hacer de mí alabanza,
pues no soy el Dios bendito
que hay que poner en la gloria.
Yo aquí en este bosque espeso
jugando en todo momento
con monos de la manada
con singular embeleso
comemos  a carcajada
el delicioso alimento.
Nos burlamos del rey león
cuando ha salido de caza
nos ponemos en acción
lanzándole calabaza,
y si damos en la diana
el león da fuerte rugido,
la selva se paraliza
como asustadiza rana
y al verlo renguear herido
nos matamos de la risa.
El Zorrito adefesiero
cuando no tiene carroña
nos pide la rica fruta,
lo que pedimos primero
es que toque la zampoña
y baile como recluta.
Y como entonar no puede
se desespera al soplar
ningún sonido le cede
poniéndose a lloriquear.
La manada es conmovida
por el sagaz trapacero
que le brinda la comida
y se la engulle el ratero
como un buitre carroñero.
Las hienas son especiales,
verdad que son repudiables;
pero habrá que aprender de ellas:
unidas, inquebrantables,
persistentes, indomables
y rápidas cual centellas.
¡Pobre del que cae al suelo
es devorado en el acto
por las crueles asesinas!
Nos miran con mucho tacto
dilatando sus retinas
y en su salivar su anhelo
para saciar su desvelo.
De ellas también nos burlamos
les tiramos grandes ramas
con gigantescas espinas
y al ser muchas no fallamos,
se revuelcan por las gramas
aullando con sus bocinas.
Toda la selva festeja
y salta con alborozo
y la manada de gozo
de risa se despelleja.
El Tigre sí es de respeto
nos ataca en cielo oscuro
ya que trepa con cautela,
avanza y se queda quieto
y sus ojos de candela
brillan cual diamante puro.
La manada lo señala
armándose un alboroto,
la selva rompe su calma
y viste su mejor gala,
la masa con toda su alma
acusa al felino roto.
El tigre lleno de tirria
del árbol da un salto al suelo;
pero sigue acorralado
por una selva de furia,
que nunca cede en su celo
y al fin huye agazapado.
La masa estalla de risa
y todo el mundo celebra
el fracaso de la fiera.
Pero a veces es concisa
y con su ataque certera
como maligna culebra.
¡Ay, qué dolor nos embarga,
todo los esfuerzos vanos
y los débiles hermanos
sufren pena tan amarga!
La manada adolorida
llora con esa tragedia
haciéndose precavida
ante el peligro que asedia.

—Ay, cuanto dolor, Monito,
a los pobres nos aqueja,
pero hay que seguir clamando
y ser cual panal de abeja,
que con valor infinito
siempre unidas luchando.

—Sé muy bien de ese valor
que me pones de ejemplo
nunca he visto tanto amor
por defender digno templo.

—Sigamos por esa senda
como una estrella de guía
para que no nos sorprenda
la malvada villanía.

       
       Continuará.


Alcalá de henares, invierno de 2019.


(*) Cuadernos de NMS: Diálogos.

(**) Ilustración Martín Vite Bautista.

              

martes, 1 de enero de 2019

FÁBULA: LA UNIÓN

             


FÁBULA: LA UNIÓN (*)






A los pueblo, por su UNIÓN, 

en su incesante LUCHA

por la JUSTICIA

y contra toda forma

de corrupción.


   En los Andes se reunieron los animales para discutir la forma de liberarse del Puma, que los venía exterminando.

—Hay que pedirle diálogo— dijeron las inocentes Llamas, mirando con sus ojos mansos.
—¡Ése no entiende de diálogo!— dijo el Zorro muy severo.
—Entre todos pidamos audiencia— dijeron las amables Vicuñas.
—Será en vano y aprovechará para hacer una matanza— intervino el Guanaco, que muy poco hablaba.
—Supliquémosle que nos deje en paz— se manifestaron las delicadas Alpacas.
—¡Eso es imposible, es una fiera terrible— exclamó el hábil Conejo.
—¿Qué haremos hermanos?— habló el manso Perro, que había sufrido la muerte de sus cachorros.
—¿Qué dices tú, hermano Cuy, que estás tan pensativo?— habló el bondadoso Burro.
—Hay una forma de sacarlo de aquí— dijo el ingenioso Cuy convencido— ya que nadie aislado puede medir sus fuerzas con el desalmado.
—¿Cuál es?— interrogó el Zorro.
—Para esta acción se requiere astucia y coraje hermanos— manifestó el pequeño Cuy levantando su puño.
—¿De qué se trata?— interrogó el Conejo.
—Se trata de que todos vamos a fingir estar locos, de que nos ha caído el mal de la rabia— dijo persuasivo el Cuy.
—Entonces nos empezaremos a morder unos a otros para que se la crea el Puma— reforzó la mentira el Conejo.
—¡Pero hay una cosa que solucionar!— dijo enérgico el Cuy.
—¿Cuál?— interrogaron todos.
—Uno de nosotros tiene que actuar de cuerdo, que no tiene el mal, es quien engañará al Puma— aseveró con fuerza el Cuy.
—¡Que sea el Conejo!— gritó apresurado el astuto Zorro— porque a mí no me creerá, el Puma me tiene tirria.
—¿Qué dices Conejo?— interrogó muy serio el Cuy.
—¡Por el bien de toda la comuna lo haré!— exclamó eufórico el Conejo— le gritaré al Puma desde la boca de mi guarida, ya pensaré lo que le diré.
—¡Bien hecho hermano, así se habla!— dijo muy alegre el Cuy, y todos aplaudieron.

   Cuando declinaba la tarde el Cuy dio la voz de alarma, que el Puma bajaba a cazar como de costumbre.

   De inmediato todos los animales en la quebrada se pusieron a correr y fingir morderse unos a otros.

   El Puma que en un principio se alegró de ver tantos animales al alcance de sus fauces, se paró en seco al ver la actitud agresiva de las dóciles Llamas, Alpacas, Vicuñas, Guanacos… En eso que estaba observando sacó la cabeza desde su guarida el Conejo y gritó:

—¡Señor Puma, cuidado le vayan a contagiar la rabia esos animales locos!
—¿Qué se han contagiado con la rabia?— interrogó preocupado el vozarrón del Puma.
—¡Sí señor!— respondió el Conejo— una jauría de perros rabiosos lo han mordido, yo logré meterme a mi cueva.
—¿Qué se han vuelto locos que no dejan de morderse?
—¡Si señor, están locos perdidos, le han mordido también al Jaguar y está loco de remate.
—¿Qué el Jaguar está con la rabia?
—¡Sí señor, el Jaguar está haciendo estragos en la otra quebrada, ya no demora en regresar, me preguntó por usted!
—¿Por mí?— resopló preocupado el Puma.
—Sí señor, por usted, dijo que antes de morir quería saldar unas cuentas pendientes y que no pararía hasta encontrarlo.
—¡Eso es lo que ha dicho!
—¡Sí señor!
—¡Me quiere contagiar la rabia el muy cobarde!— bramó el Puma indignado, mientras salía corriendo, como un ratón asustado.

   El Cuy corrió para abrazar al Conejo por el éxito del plan, y todos los animales se unieron al festejo.

  ¡La unidad por una causa justa
es la mejor garantía
contra toda villanía!

   Alcalá de Henares, invierno, 01 de enero de 2019.

   NMS.


(*) Fábula publicada en mi Blog de Literatura el 13-set-2015,

en solidaridad con los inmigrantes y refugiados.

(**) Ilustración de Martín Vite Bautista.






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