EL LÁPIZ Y EL PAPEL
-¿Sabes? Soy la herramienta más extraordinaria que ha
inventado el hombre.
-¿Por qué?- preguntó el Papel.
-Pues con mi auxilio se han hecho los grandes inventos, las
fórmulas, los postulados, las doctrinas; en síntesis, las filosofías, las
artes, las ciencias, las religiones y todas las creencias del hombre.
-¡Ah!- respondió meditativo, el Papel –sin mi ayuda no
hubieses podido hacer nada de lo que has mencionado, pues no tendrías dónde
escribir.
-Es verdad –asentó el Lápiz avergonzado.
-Y de seguro que sin nosotros- reafirmó el Papel –el hombre
hubiera ideado otras herramientas para suplantarnos.
-¡Sí- movió la cabeza el Lápiz –el hombre es capaz de todo
lo bueno y lo malo, su historia lo demuestra!
-Para qué entonces envanecernos –sentenció el Papel –si
hasta hoy hemos cumplido con modestia nuestra misión y siempre nos han
considerado como las herramientas más sencillas que ha utilizado el hombre en
sus grandes aportes a la humanidad.
-Me has convencido hermano, perdóname. Se me había
contagiado la arrogancia del hombre mediocre. Sigamos siendo sencillos como
siempre. Y ahora calla. Siento los pasos del Artista. Seguro que va escribir
algo.
El Escritor cogió
con cariño el Lápiz, meditó un momento y luego estampó en el blanco Papel este
pensamiento:
“Con las simples herramientas del Lápiz y el
Papel el hombre ha creado universos de sabiduría y de placer.”
UN GRANITO DE ARENA
Para
el Inventor
de
Caricias.
-Padre ¿dónde radica la grandeza del hombre?
-Radica en su sencillez, hijo.
-¿Cómo así, padre?
-Por ejemplo, un Granito de Arena es insignificante, pero
ese simple grano es parte del eslabón de toda la cadena que forma el universo.
A través de esa partícula, de ese microcosmos, se puede estudiar y deducir el
universo entero.
-Pero nosotros, padre, no lo tomamos en cuenta.
-Así es, hijo, la grandeza no necesita agigantarse para que
todos la vean, sino que muchas veces se camufla, se hace invisible, como un
espíritu.
-Entonces, lo grande puede ser pequeño, padre.
-Sí, hijo, lo grandioso puede ser pequeño y hasta invisible
a los ojos del mundo, por eso alguien ha escrito:
Hallé sentido a la vida
hurgando en la sencillez
y no en la falsa brillantez
de la humanidad perdida,
lo más hermoso anida
en un grano de arena
que forma la cadena
de todo el universo,
es que se hizo en verso
lo que jamás se condena.
LAS
FURIAS
A mis
hermanos nativos de la selva amazónica
que
han ofrendado sus vidas
en
la lucha contra las hordas genocidas
por
defender este pulmón del planeta.
-¿Por qué la naturaleza se encoleriza, padre? ¿Por qué las
inundaciones, los huracanes, los cataclismos?
-Porque son las furias naturales y extra naturales de la
Madre Natura, hijo.
-¿Naturales?, ¿por qué?
-La naturaleza, hijo mío, tiene sus fiebres, sus desfogues,
sus dolores, sus desarrollos. Es un ser vivo, dialéctico, en permanente
evolución.
-¿Y por qué extra naturales?
-Es la respuesta de la naturaleza a la agresión que le hace
el hombre.
-Pero, ¿cómo agrede el hombre a la naturaleza, padre?
-Con toda clase de venenos, humos tóxicos, con la tala de
sus bosques, con desechos industriales, con las explosiones nucleares en sus
entrañas y con multitud de venenos que la contaminan.
-¿Entonces ella se molesta como si sintiera, padre?
-Así es, se enfurece porque la están matando cada vez más
de prisa las grandes potencias industriales y los ricos de todos los países del
mundo.
-Padre, también al mar lo contaminan.
-Sí, hijo, millones de peces mueren a diario porque en las
entrañas submarinas se realizan ensayos nucleares y se arroja toda clase de
desechos radiactivos. En nuestra atmósfera también aumenta cada minuto la
contaminación.
-¿Y el hombre no puede dejar de agredirla, padre?
-¡Ah, hijo mío, qué bueno sería que el hombre comprenda que
no debe matar a la Madre que nos da la vida! Pero el rico, el de la bolsa de
oro, es egoísta y tiene intereses poderosos en todo el mundo.
-¿Y qué se puede hacer, padre?
-Se
puede hacer la más grande cruzada de todos los tiempos desde
que el hombre apareció en la tierra para salvar a nuestra Madre.
Todos los pueblos del mundo, todos los hombres de buena voluntad deberán luchar
con los medios poderosos de la verdad, la razón y la justicia contra ese puñado
de criminales de nuestra Madre Natura y detener así la contaminación. Es
nuestra única alternativa para salvaguardar la vida de todas las especies de la
tierra.