PENSAMIENTOS PARA MEDITAR (*)
PENSAMIENTOS PARA MEDITAR
A mis hermanos inmigrantes y refugiados.
Un libro no vale por su precio,
sino por el tesoro incalculable que contiene.
El pensamiento
es el primero
y el último
recurso del hombre.
El arte es una magia
que nos va adentrando
hasta dejarnos prisioneros
de sus mansiones encantadas.
Para quien saca lección
de lo bueno y de lo malo,
no hay día en vano.
La victoria
es hija esclarecida
de su madre,
la derrota.
De segundo en segundo,
con serena paciencia,
se han hecho los siglos
y los milenios.
Aprendamos
de la tremenda paciencia,
pero también
de la obstinada persistencia
del TIEMPO.
El hábito de la lectura
predispone al hombre
al solemne hábito
de la meditación.
Mantener en permanente
actividad al cerebro
es la única forma
de no atrofiarlo.
En un cerebro laborioso
las ideas bullen,
alegres en el vivir,
como los peces en la mar.
Necio es el gobernante
que no sabe escuchar
a su pueblo.
A la fortaleza
del conocimiento
jamás se llega por asalto,
sino con meditada
y paciente estrategia.
Los hijos
son universo de amor
en todas sus edades.
Fundirse con la naturaleza
es vibrar con las mismas
pulsaciones del cosmos.
Amo y respeto
a todas las mujeres del mundo,
porque en ellas veo
la imagen de mi madre.
Mis manos
están ganando el sustento
aquí en la tierra,
y mi espíritu
tratando de alcanzar el cielo.
Estar preparado para la muerte,
pero más aún para la vida.
Sin el trabajo de los demás,
el rico sería un pobre diablo.
El tiempo vale
para quien lo hace valer.
Una pequeña verdad
en medio de una gran mentira
es como una triste velita
en el fuego de un volcán.
La palabra,
ese instrumento poderoso,
bello y terrible
de los hombres.
En todas las crisis
de la humanidad,
siempre el pueblo
ha sido el chivo expiatorio.
Cuando me encuentro perdido
en el oscuro camino,
cierro los ojos
para ver la luz...
(De cuadernos “Pensamientos para Meditar”).
Ilustración: Martín Vite Bautista.
Alcalá de Henares, verano de 2018.
NMS


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nicolas masias
