REFLEXIÓN
La lucha consecuente por
preservar
limpia y sana la Madre Naturaleza
se ha convertido en el día de hoy
en la tarea de primer orden
en la tarea de primer orden
hasta en los últimos rincones del
orbe.
¿Para qué sirve tener bonitas
ciudades
de fierro, cemento, ladrillo
y hormigón
si el aire, el agua, la
tierra, los pastos
y los alimentos están
envenenados?
¡Para qué sirven los inventos
modernos
y todas las nuevas
tecnologías
si no curan la atmósfera, los ríos,
los mares, las lagunas, las
tierras, las selvas,
los niños, las mujeres y los hombres
que están vilmente
contaminados!
¡Para qué sirven los viajes a
la luna
y a otros puntos del espacio
sideral
si no conocemos el centro de
la tierra
ni lo que hay en los fondos
marinos;
pero sí se sabe destruir
y matar la vida de nuestro
planeta!
¿Para qué sirven los planes
geopolíticos
de las grandes potencias del
mundo,
que solo ven la expansión de
sus mercados
y zonas de influencia
estratégicas;
pero jamás tienen en cuenta
la salud
y la vida de los seres de la
tierra?
¿Para qué sirven las montañas
de oro
en manos de la avaricia
insaciable
si continúa el calentamiento
global,
la contaminación de los seres vivos
la contaminación de los seres vivos
y el riesgo de muerte para
la humanidad…?
Alcalá de Henares, verano de
2019.
NMS.
Cuadernos
de NMS.
Ilustración
de Martín Vite Bautista.