domingo, 23 de febrero de 2014

I CONGRESO INTERNACIONAL DE LA FÁBULA PONENCIA : REFLEXIONES SOBRE LA ESTRUCTURA DE LA FÁBULA





   A mediados del siglo XX la escritura más antigua es descubierta en la ciudad de URUK, con una antigüedad de 2500 a 3300 a.C., se encuentra en tablillas cuneiformes pertenecientes a la cultura Sumeria (Mesopotamia), en la que se ha encontrado grabado  su quehacer económico, histórico, político, jurídico, científico, religioso y literario. Las EDUBBA o escuelas que funcionaron desde temprano se ocuparon de enseñar,  difundir y transcribir en tablillas todo este legado, que venía de milenios de tradición oral. Junto a las creaciones de época formaron grandes colecciones, como es el caso de la que se ha llamado "Literatura Sapiencial", que abarca disputas, ensayos, instrucciones, preceptos, adivinanzas, exhortaciones, proverbios y fábulas.

    Edmund Gordon, quien trabajó sobre los textos referentes a los proverbios y fábulas de Sumer, ha investigado desde nuevas perspectivas en el estudio comparativo de la Literatura Sapiencial. Ha reconstruido, descifrado y traducido un total de 295 proverbios y fábulas, que hacen salir a escena 64 diferentes especies de animales de todo tipo.

   En la fábula sumeria los animales que más aparecen son el perro, luego el buey doméstico, el oso, el zorro, el cerdo, el carnero doméstico, el león, el buey salvaje, la cabra doméstica, el lobo, la mangosta y el oso.

   El estudio aún muy limitado del material indica claramente que el hombre de Mesopotamia de más de 3000 a. C. quiso trasmitir a través de la fábula  y el proverbio una conducta moral, una enseñanza, un consejo, una filosofía práctica, trasmitida de padres a hijos y de maestros a alumnos.

   Esta clase de fábula escrita en las tablillas nos indica que viene de una tradición oral antiquísima y que representaría un estadio avanzado de la  fábula, con una estructura desarrollada.

   Samuel N. Kramer, el autor de La historia comienza en Sumer,  ha manifestado que :

   "El apólogo de tipo esópico, compuesto de una breve introducción narrativa, seguida de una aún más breve moraleja en estilo directo ya era conocidísimo en Sumer, más de 1000 años antes del nacimiento de Esopo".

   Pero esta constatación en el siglo XX de nuestra era ya había sido manifestada en el siglo I por un fabulista,  Valerio Babrio al manifestar en el prólogo de la segunda parte de su obra:

   "La fábula, ..., es un invento de los antiguos sirios, de aquellos que hubo hace tiempo, en la época de Niño y Belo..." , es decir, de los herederos de la cultura sumeria, de la cultura mesopotámica.

   Se ha considerado por estudiosos de la fábula que Babrio habría sido preceptor de una corte de Siria :


   "...En este ambiente sirio, Babrio entró en contacto con las antigua literaturas mesopotámicas, descubrió la mayor antigüedad de éstas con respecto a la literatura griega y tuvo acceso directo a las fábulas mesopotámicas como lo demuestra su versión de la fábula 84, "El Mosquito y el Toro", que difiere de la tradición esópica y coincide con la versión babilonia encontrada en tablillas cuneiformes. Así mismo las fábulas 138 [El Cazador y la Perdiz traidora] y 143 [El Campesino y la Víbora] no aparecen en otros autores griegos o romanos y aparecen más bien tomados directamente de un modelo mesopotámico". (Pág. 288, Fábulas y vida de Esopo...)

   El material fabulístico sumerio dado a luz por Samuel N. Kramer en su obra La Historia empieza en Sumer se encuentra mezclado con otros elementos:

   "Los hombres de letras sumerios no se limitaron a introducir en sus múltiples compilaciones una gran serie de proverbios y dichos (máximas, verismos, adagios, juegos de palabras y paradojas), sino que también introdujeron fábulas. La fábula sumeria se halla muy cerca de la fábula esópica. Hemos entresacado los ejemplos que vamos a leer de ese esopismo antes de Esopo, de los descifrados por el doctor Edmund Gordon (La historia empieza en Sumer, Samuel Noah Kramer, Ediciones ORBIS. S.A., 1985, Pág. 106)




       Este material fabulístico de las tablas sumerias aparentemente sencillo encarna una estructura desarrollada que habría servido de base de dos corrientes fundamentales de la estructura de la fábula, sin descartar que hallan existido desarrollos aborígenes como de las culturas India y China por el lado oriental y de Grecia y Roma por el lado occidental.

   La estructura oriental con la fábula india a la cabeza ha desarrollado el relato fabulístico, introduciendo en él proverbios, máximas, cuentos. Poniendo en un relato marco fábulas dentro de otras fábulas, en donde las máximas y proverbios hacen de epimitios. Así vemos que en el desarrollo de una fábula hay muchos epimitios puestos a manera de proverbios, máximas, reflexiones, pensamientos, etc. La obra india por antonomasia de esta característica es el Panchatantra, que es un libro semejante al Ahikar de la cultura Asiria y todos ellos inspirados por la literatura sapiencial sumeria, en donde también mezclaban en sus obras los proverbios, las máximas, los símiles, las instrucciones con las fábulas.

  Otro aspecto fundamental de la fábula india es que desarrolla el aspecto agonal de la fábula mesopotámica; pero lo hace desarrollando múltiples agones o réplicas de los diferentes personajes que ha insertado dentro de la fábula.

   La fábula china dentro de la estructura oriental desarrolla, también, el relato; pero omite la mezcla de los demás elementos, y da la enseñanza o lección en el mismo relato. Sus fábulas son fundamentalmente parábolas. De estas características son las fábulas de la antigüedad China, así tenemos las fábulas insertas en sus obras de los antiguos filósofos chinos como Lie Zi, Yan Zi, Shen Zi, Yin Wen o Mencio.

   Semejante concepción sigue la antigua fábula japonesa.

   La fábula hebrea bíblica dentro de la corriente oriental desarrolla el relato de carácter religioso, da también la enseñanza a través del relato; pero algunas veces da epimitios. Así tenemos por ejemplo en Job 28 (1600-1500 a.C), en la fábula  sobre la Sabiduría en donde apreciamos hasta dos epimitios de cierre. Hay otras fábulas bíblicas con idéntica estructura como por ejemplo Los Árboles pidiendo Rey, Jueces 9 : 8-15 (1100 a.C.) o la fábula del Cardo y el Cedro en 2 Reyes: 14:  7-12.

   También la fábula hebrea bíblica desarrolla el aspecto agonal de la fábula mesopotámica y siguiendo a la fábula india lo hace en forma múltiple, como por ejemplo el Libro de Job, en el desarrollo del texto los diferentes personajes recriminan a Job, que piensan que sufre la ira de Jehová por sus pecados. Job  replica hasta al mismo Jehová, manifestando que él no ha pecado y que su conducta es intachable; sin embargo le daba tan cruel sufrimiento. Todo el Libro de Job en realidad es una Fábula-Parábola.

   De otro lado toda la concepción y la estructura de la Santa Biblia es un libro que está hecho al influjo de la literatura sapiencial mesopotámica, la Biblia es un libro de libros, en la que hay insertados en los diferentes libros que la componen historias, crónicas, oraciones, poemas, cuentos, fábulas... así como el libro mesopotámico el Ahikar.

   En conclusión la fábula oriental desarrolla el relato, desarrolla, también, los epimitios y desarrolla el agón, pero su aspecto fundamental es que en el relato está implícita  la enseñanza.

   Veamos la corriente occidental cuya cabeza, Grecia, que como dice Francisco Rodríguez Adrados la fábula habría tenido un origen propio. Sin embargo, opinamos, que su desarrollo estaría inspirada por la antigüedad de la fábula mesopotámica.

   La fábula griega aprovecha al máximo los elementos de la fábula oriental y va a sintetizar todos estos elementos. Pero lo va hacer a lo largo de su historia, hasta llegar a una estructura de la fábula clásica o esópica.

   Esta fábula clásica va a sintetizar al máximo el relato, para dar relevancia a la enseñanza o moraleja a través de un epimitio de cierre. En este caso el relato se presenta como un medio para llegar a un objetivo central que es la enseñanza. Y cuando no hay epimitio la enseñanza la da el promitio y si carece de promitio y epimitio la enseñanza estará implícita en el texto de ese breve relato.

  Otra característica de la estructura de la fábula occidental clásica es el desarrollo del agón. Los griego y los romanos se especializarán en diálogos precisos y muy concisos de protagonistas y antagonistas, principalmente animales,  y al final del mismo se resolverá la cuestión con una réplica final o una conclusión con su respectivo epimitio (moraleja)

   Estas dos corrientes fundamentales de la estructura de la fábula la oriental y la occidental, que han tenido como eje matriz a la fábula Sumeria y Mesopotámica en general se influencian mutuamente a lo largo de la historia de la fábula, y coexisten dinámicamente, y han influido, también, a la fabulística universal de las diferentes culturas del mundo.

¿Cómo estas dos corrientes fundamentales de la fábula han influido en la fábula Amerindia?

   En la fuente oral la influencia es mínima, se mantiene casi virgen. Recrea los elementos de la naturaleza como entidades vivientes. La Tierra es la madre, el Sol es el Padre-Dios. Los Árboles son hermanos, los animales son hermanos con capacidad de hablar. Los Ríos, las Lagunas, los Cerros tienen espíritu. También hay espíritus malos que moran en los abismos...

   Bajo esta concepción del mundo se dan relatos de ejemplaridad. Estos relatos vienen siendo trasvasados a la fuente escrita y aquí la influencia es notoria. Fueron los Indigenistas en el siglo pasado los que empezaron a dar relevancia a estos relatos fabulísticos. En Perú, por ejemplo, José María Arguedas fue un pionero, que en sus estudios antropológicos y novelas enarboló a la cultura andina. De igual forma el novelista Ciro Alegría, por ejemplo en su novela El Mundo es Ancho y Ajeno relata la fábula El Zorro y el Conejo, mezclando varias fábulas en un relato marco, semejante a las fábulas del Panchatantra indio; pero sin introducir la multitud de epimitios como lo hace la fábula india.

   Reynaldo Martínez Parra a fines del siglo XX ha hecho una recopilación de 37 fábulas quechuas. En el relato de las fábulas hay una influencia de la estructura  oriental, está más cerca de la oralidad y no es sintética como la fábula occidental. Sin embargo a todas las fábulas les ha puesto una moraleja de cierre, es decir, que tenemos aquí, en la escritura, la gran influencia de la estructura de la fábula occidental.

   Antes de concluir quisiera abrir un breve paréntesis para enmarcar al Libro de Buen Amor (LBA) del Arcipreste de Hita de estudio del presente Congreso sobre la Fábula. La estructura de las fábulas insertadas en el LBA son fundamentalmente esópicas, es decir, occidentales; pero escritas en un verso culto de clerecía y con aportaciones originales del Arcipreste. Es decir, que el autor del LBA era un auténtico fabulista. Asimismo la concepción y el marco del libro es de inspiración oriental, el marco autobiográfico en el que se desenvuelve, va insertando oraciones, canciones, rezos, salmos, cuentos, ejemplos, proverbios y fábulas como lo hacen la Biblia, el Ahikar y el Panchatantra; pero también inserta cuentos, y relatos mundanos y pícaros, que sería, en relación a la temática, de cosecha propia del Arcipreste de Hita, de su originalidad.

   Para concluir diremos que estas dos corrientes fundamentales de la fábula son como dos ríos inmensos y cristalinos que en su recorrido se van entrecruzando y mezclando para llegar a un mismo destino que es el anchuroso mar de la fábula universal.

Muchas Gracias.

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