SONETO A LA AMISTAD
A mis querido amigos y compañeros
Siempre quise dedicar un soneto
a la memoria viva de un amigo,
que gusta de mirar al cielo conmigo,
aunque el sistema nos imponga veto.
Me propuse en mi senda un dulce reto
—en las tierras del mundo que bendigo—:
hacer amistad profunda, os lo digo,
con el hombre sencillo, que es respeto.
En el jardín de la inmensa ternura
germinan las flores de la alegría,
los frutos de la amistad ya madura;
y los pájaros, en algarabía,
trinan el himno de amor que perdura
en una melodiosa sinfonía.
Alcalá de Henares, primavera de 2001
NMS
En casa Museo Antonio Machado (Segovia-2012).


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nicolas masias