EL
ENCANTO DE CADA DÍA
Con
profundo cariño para mis amigos y familiares.
Cada día tiene su encanto y
hasta cada hora, la cuestión está en saberlo descubrir. Puede estar en el alba,
al salir el sol con sus tenues rayos; en el azul intenso del cielo o en las
nubes que forman figuras colosales; en la mirada inocente de un niño o en su
forma de descubrir el mundo; en la sonrisa misteriosa de la amada o en la forma
de cómo ella lucha y se enfada; en la lluvia suave y fresca que nos acaricia el
rostro o en su intensidad que nos hace correr y nos refresca; en el pétalo de
una rosa que se abre al sol o en su fragancia y su color que nos llena el alma;
en el concierto de los trinos de los pájaros en un árbol frondoso o en el
arrullo de palomas en sus nidos invisibles; en la palabra sincera de un amigo o
en la voz melodiosa de una chica desconocida; en la inmensidad y fuerza
descomunal del mar o en su murmullo que te conecta con el cosmos; en un viejo
poema que duerme en un libro o en uno nuevo que empieza a caminar; en una
antigua canción muy sentida o en otra que entona un cantador ambulante; en una
película llena de romanticismo o en una histórica que te hace pensar en la humanidad;
en una marcha de la juventud rebelde contra el sistema opresor o en la
manifestación de mujeres luchando por sus derechos; en el silencio de una
montaña o en el bullicio de unos niños en su recreo; en una charla amena de
compañeros de trabajo o en una conferencia que nos conscientice en defender a la
Madre Naturaleza; en una noche de luna inmensa en el centro del cielo o en otra,
llena de estrellas titilantes en el firmamento; en el abrazo efusivo de un hijo
o en el recuerdo de las caricias de la madre ausente; puede estar en ese
instante supremo de recogimiento, de devoción, de espiritualidad o en ese
momento de una cura solemne de silencio...
Alcalá de Henares, primavera de 2019.
NMS.
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