jueves, 6 de junio de 2019

EL RÍO Y EL SALTAMONTES (FÁBULA)



EL RÍO Y EL SALTAMONTES

(FÁBULA)





A los hombres y mujeres

que luchan por justicia social.


PRÓLOGO (PROMITIO)


Cuando en mayo de 2011 la juventud española llenó de campamentos las plazas clamando justicia social, concebí este Movimiento como un Río cristalino impetuoso de transformación; sin embargo, a las voces retrógradas, que se oponían al cambio, las vi como un viejo saltamontes que pretende detener la marcha de la historia. Con estas dos imágenes hice la presente fábula.

   Cuando llegó el Río rebosante de fuerza y hermosura removiendo toda la podredumbre de su cauce, salieron hombres, mujeres, niños y pájaros para aclamarlo por su bondad. Solo un viejo Saltamontes que  se arrastraba a duras penas para no ser arrollado por la corriente se opuso con un grito que se ahogó en su garganta: “¡Detente río, detente río!”. El Río impetuoso siguió su marcha incontenible hacia la mar dando vida y esplendor. El Saltamontes histérico dando pataletas por la orilla repitiendo la misma cantaleta, que solo él se escuchaba: “¡Detente río, detente río!”. El Río fue creciendo, creciendo hasta convertirse en majestuoso y el Saltamontes agotado, senil, con sus ojos desorbitados se quedó desfallecido. Una generosa mariposa le salvó la vida, y luego le dio una reprimenda por su necedad.

¡ Ninguna fuerza oscura
 puede detener la marcha
 todopoderosa de lo nuevo,
de lo bueno, de lo justo
 y de lo maravilloso !

Alcalá de Henares, primavera de 2011.

 Fabulario de NMS.

Ilustración de Martín Vite Bautista.


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