martes, 6 de diciembre de 2016

FÁBULAS DEL LIBRO EL GRITO DE LA TIERRA (CUARTA ENTREGA)

EL LÁPIZ Y EL PAPEL


 El Lápiz le dijo al Papel:
-¿Sabes? Soy la herramienta más extraordinaria que ha inventado el hombre.
-¿Por qué?- preguntó  el Papel.
-Pues con mi auxilio se han hecho los grandes inventos, las fórmulas, los postulados, las doctrinas; en síntesis, las filosofías, las artes, las ciencias, las religiones y todas las creencias del hombre.
-¡Ah!- respondió meditativo, el Papel –sin mi ayuda no hubieses podido hacer nada de lo que has mencionado, pues no tendrías dónde escribir.
-Es verdad –asentó el Lápiz avergonzado.
-Y de seguro que sin nosotros- reafirmó el Papel –el hombre hubiera ideado otras herramientas para suplantarnos.
-¡Sí- movió la cabeza el Lápiz –el hombre es capaz de todo lo bueno y lo malo, su historia lo demuestra!
-Para qué entonces envanecernos –sentenció el Papel –si hasta hoy hemos cumplido con modestia nuestra misión y siempre nos han considerado como las herramientas más sencillas que ha utilizado el hombre en sus grandes aportes a la humanidad.
-Me has convencido hermano, perdóname. Se me había contagiado la arrogancia del hombre mediocre. Sigamos siendo sencillos como siempre. Y ahora calla. Siento los pasos del Artista. Seguro que va escribir algo.
   El Escritor cogió con cariño el Lápiz, meditó un momento y luego estampó en el blanco Papel este pensamiento:
   “Con las simples herramientas del Lápiz y el Papel el hombre ha creado universos de sabiduría y de placer.”


UN GRANITO DE ARENA

 Para el Inventor
 de Caricias.


-Padre ¿dónde radica la grandeza del hombre?
-Radica en su sencillez, hijo.
-¿Cómo así, padre?
-Por ejemplo, un Granito de Arena es insignificante, pero ese simple grano es parte del eslabón de toda la cadena que forma el universo. A través de esa partícula, de ese microcosmos, se puede estudiar y deducir el universo entero.
-Pero nosotros, padre, no lo tomamos en cuenta.
-Así es, hijo, la grandeza no necesita agigantarse para que todos la vean, sino que muchas veces se camufla, se hace invisible, como un espíritu.
-Entonces, lo grande puede ser pequeño, padre.
-Sí, hijo, lo grandioso puede ser pequeño y hasta invisible a los ojos del mundo, por eso alguien ha escrito:

Hallé sentido a la vida
hurgando en la sencillez
y no en la falsa brillantez
de la humanidad perdida,
lo más hermoso anida
en un grano de arena
que forma la cadena
de todo el universo,
es que se hizo en verso
lo que jamás se condena.
  

LAS FURIAS

                                                          A mis hermanos nativos de la selva amazónica
                                                          que han ofrendado sus vidas
                                                          en la lucha contra las hordas genocidas
                                                          por defender este pulmón del planeta.


-¿Por qué la naturaleza se encoleriza, padre? ¿Por qué las inundaciones, los huracanes, los cataclismos?
-Porque son las furias naturales y extra naturales de la Madre Natura, hijo.
-¿Naturales?, ¿por qué?
-La naturaleza, hijo mío, tiene sus fiebres, sus desfogues, sus dolores, sus desarrollos. Es un ser vivo, dialéctico, en permanente evolución.
-¿Y por qué extra naturales?
-Es la respuesta de la naturaleza a la agresión que le hace el hombre.
-Pero, ¿cómo agrede el hombre a la naturaleza, padre?
-Con toda clase de venenos, humos tóxicos, con la tala de sus bosques, con desechos industriales, con las explosiones nucleares en sus entrañas y con multitud de venenos que la contaminan.
-¿Entonces ella se molesta como si sintiera, padre?
-Así es, se enfurece porque la están matando cada vez más de prisa las grandes potencias industriales y los ricos de todos los países del mundo.
-Padre, también al mar lo contaminan.
-Sí, hijo, millones de peces mueren a diario porque en las entrañas submarinas se realizan ensayos nucleares y se arroja toda clase de desechos radiactivos. En nuestra atmósfera también aumenta cada minuto la contaminación.
-¿Y el hombre no puede dejar de agredirla, padre?
-¡Ah, hijo mío, qué bueno sería que el hombre comprenda que no debe matar a la Madre que nos da la vida! Pero el rico, el de la bolsa de oro, es egoísta y tiene intereses poderosos en todo el mundo.
-¿Y qué se puede hacer, padre?
-Se puede hacer la más grande cruzada de todos los tiempos desde
que el hombre apareció en la tierra para salvar a nuestra Madre. Todos los pueblos del mundo, todos los hombres de buena voluntad deberán luchar con los medios poderosos de la verdad, la razón y la justicia contra ese puñado de criminales de nuestra Madre Natura y detener así la contaminación. Es nuestra única alternativa para salvaguardar la vida de todas las especies de la tierra.



martes, 29 de noviembre de 2016

EL HOMBRE QUE NO SE QUERÍA IR (FÁBULA)


(FÁBULA)
Al Maestro Marcos Ana.
A su eterna memoria.

El Anciano amaba tanto a la humanidad,
que a pesar de su cuerpo adolorido,
no quería morir.
Se aferraba a la vida
para seguir amando.
   Sus Amigos y Amigas le decían:
-¡Vete hermano, ya has cumplido tu misión!
-¿Por qué tanto amor, hermano? Si el hombre
te aprisionó, te vejó, te torturó.
-Te encerró como una fiera por largos años de martirio
en mazmorras nauseabundas porque defendiste
la justicia, el amor y la belleza.
-Los mejores años de tu vida te los robaron
las tinieblas en abismos insondables.  
-Te privaron de la luz del arco iris, del color de las mariposas,
de la fragancia de las flores, del canto del ruiseñor.
-Te negaron el murmullo del río, la inmensidad del mar,
el vuelo de los pájaros, el fulgor de las estrellas…
-Te privaron de la ternura del amor, de las miradas ardientes,
de los labios insinuantes, de la entrega de la amada.
-Te robaron a tus hijos con los que jugabas
en las verdes praderas
del paraíso de tus sueños.

   El Anciano moribundo meditaba apacible
cuando dos candentes lágrimas
quemaron sus mejillas.

   Y sus Amigos y Amigas:
-¡Ya es hora de que partas, hermano!
Con tu muerte tu obra crecerá
como crece la luz
cuando huyen las tinieblas.
-Las nuevas generaciones valorarán tu lucha,
tu sacrificio y toda tu obra.
¡Pero debes partir, hermano!
-Tus ideales triunfarán para hacer de la humanidad
un mundo justo y fraterno.
¡Pero ya vete, hermano, no nos hagas sufrir!
-Toda vida tiene su ciclo, hermano,
y tú has hecho por diez vidas,
a pesar de que el monstruo de las tinieblas
te mató una vida.
¡Pero por piedad ya vete, hermano!
-Vivirás en tus ideales, en tu verbo,
en la quimera de la esperanza.
¡Pero ya vete, hermano, a descansar en paz!
   Entonces apareció una anciana
de luminosa belleza
y le habló con dulzura:
-Mi amado tenemos que partir hacia lo infinito
ya has dado ejemplo de justicia,
de belleza y de hermandad
y te toca partir, ahora, por amor.

   El Anciano moribundo le respondió
con su voz inmensa:
¡Mi amada, todo lo hice por Amor!

   Y se abrazó de la luminosa belleza
quedándose dormido para siempre.

Alcalá de Henares, 25 de noviembre de 2016.
NMS




lunes, 21 de noviembre de 2016

FÁBULAS DEL LIBRO EL TRINO EN LA SELVA (TERCERA ENTREGA)


EL JUEGO DEL GATO Y EL RATÓN



   Un Gato agazapado saltó y atrapó a un Ratón que temblaba de terror. El Gato rió siniestro y le dijo:
-¡Juguemos a correr!
   Muerto de espanto, el Ratón no respondió, sin embargo vio brillar una esperanza mientras el Gato lo tenía entre sus garras. Su estrategia consistió en hacerse el rengo.
-¡Qué risa me das, eh! –dijo el Gato- Corre su puedes… ¡A ver… uno, dos, tres, ¡cojo es!... ¡ja, ja, ja!
   El Ratón hizo oídos sordos a la burla. Midió el terreno para escapar, pues el juego del Gato era muy serio para él.
   El Gato siguió burlándose y lanzándolo para arriba. “Uno, dos, tres, ¡cojo es!... ja, ja, ja”.
   Lo arrojaba y lo recogía. En uno de esos lanzamientos, el Ratón cayó en la puerta de una cueva y se metió veloz en ella. El Gato, sorprendido, dio un salto para atraparlo, pero fue demasiado tarde. El Ratón se había esfumado, dejándolo con la miel en los labios.
   Una vez en su techo, el Gato enfurecido narró el triste acontecimiento a sus amigos, quienes se burlaron de él a carcajadas. El Ratón, por su parte, contó a su roedora comuna la odisea vivida con el Gato.
   Los maestros ratoniles aconsejaron a los más pequeños que hasta en el último instante de la vida debemos mostrar valor, ingenio y esperanza.






EL GLOBO Y EL CÓNDOR



   En cierta ocasión, un niño infló un Globo que tenía la forma de un oso gigante. El Globo, lleno de ingenuidad, creyó encarnar realmente a la fiera y se elevó por los aires hasta las cumbres más altas, donde moran los cóndores. Creyéndose un oso fiero desafió a las grandes aves del lugar.
   El cóndor padre llamó a su pequeño pichón y le dijo:
-Ve a jugar con esa bolita que va por los aires, pero ten cuidado, no la destruyas.
   El pichón obedeció y fue al alcance del Globo. Éste, que se creía oso, lo miró de mala manera.
   El pichón rió y le dijo:
-Juguemos a las chapaditas.
-No me da la gana –respondió el Oso Globo contrariado.
-¡Juguemos! –insistió el Pichón.
-¡Vete al diablo! – respondió el Globo enojado –¿No ves que te puedo lastimar con mis uñas o estrangularte con mi fuerza bruta? ¿No ves que soy el oso fiero?
-¡Ya, ya! ¡Juguemos al oso fiero! –dijo riéndose el Pichoncito –juguemos a la estrangulada.
   Iniciando el juego, el Globo persiguió al Pichón, pero éste era más veloz, pues tenía libertad de movimiento, mientras el Globo estaba sujeto a los vaivenes del viento.
-¡A que no me alcanzas! –se burló el Pichoncito- ¡Andas de un lado a otro como un borracho!
-¡Ven acá! –gruñó el Globo-. Ahora me toca a mí. Dame alcance si puedes.
   El Pichón corrió a su alcance y lo tocó apenas con su pico filudo, haciéndolo estallar con un estrépito ¡Pum!
   El Globo se precipitó a tierra convertido en un simple jebe. El Pichón, asustado, creyendo que así era el juego, evitó que el jebe cayera cogiéndolo por los aires.
   Con los restos del Globo en el pico, fue a donde su Padre Cóndor y le dijo:
-¡Mira, papá!, la bolita se convirtió en moco de pavo habiéndome dicho que era un oso fiero.
   El Cóndor Padre tiernamente le dijo:
-Hijo, en el mundo habitamos seres grandes y pequeños y todos cumplimos una función. No vayas nunca a creerte algo que no eres, por ejemplo una mosca, pues morirías en los muladares.
-Yo quisiera ser una abejita para hacer panales –dijo el Pichón de Cóndor a su padre.
-No, hijo, porque no podrías hacer miel ni vivir en los colmenares, morirías picado por las abejas.
-Entonces –dijo el Pichón –quisiera ser un borrico para pasear por las verdes praderas.
-Ni pensarlo –dijo el Cóndor Padre -, no podrías trasladar pesadas cargas por el desierto ni tendrías tanta paciencia como él para soportar al hombre. Tú le sacarías los ojos a quien te apaleara.
-¿Y si quisiera ser un tigre?- preguntó el Pichón - ¡Luciría su fuerza y su hermoso pelaje!
-¡Oh, no! –dijo el Cóndor Padre – No podrías cazar en la espesura ni tendrías su agilidad felina, morirías peleando con manadas de leones y pumas.
-¿Y si quisiera ser un pajarito? –insistió el Pichón -¡Cantaría todo el día por campos y montañas!
-No –respondió el Padre Cóndor –no podrías trinar las hermosas melodías y morirías tragado por gavilanes.
-¿Y si quisiera ser un pez para jugar en las aguas cristalinas?- preguntó nuevamente el Pichoncito.
-No podrías hijo mío, te ahogarías en el río y morirías con la boca atravesada por un filudo anzuelo.
-¿Y si quisiera ser hombre? – dijo por último el ingenuo Pichón- ¡Dominaría a todos los animales y sería el señor de las ciudades!
-No, eso menos, hijo mío. No podrías arar la tierra ni escribir poemas, ni hacer la guerra, ni traicionar a tus hermanos. Mejor quédate como eres, Pichón de Cóndor, y luego Cóndor de las Alturas, volando hasta llegar a las cumbres doradas y morar cerca del cielo, donde nadie te puede alcanzar.






LOS CABALLEROS DE LA BOLSA DE ORO



-Padre, ¿por qué hay hombres que teniéndolo todo siguen el camino del mal?
-Hijo, primero debes distinguir qué significa “todo” para ti.
-Que tienen todas las comodidades, todas las necesidades resueltas y además tienen riquezas.
-¿Eso es “todo” para ti? – pregunta el padre.
-Bueno, hasta donde alcanzo a ver – responde.
-Estás errado, hijo, “todo” comprende no sólo lo material, sino también lo espiritual, que es lo más importante.
-Entonces, ¿por qué no hay espiritualidad en quienes tienen riquezas?- pregunta el hijo.
-Es que los ricos están ganados por la fiebre del oro, por los placeres del mundo, y sus espíritus han encallecido. Por aferrarse al oro cometen toda clase de crímenes y presionan a los pobres y a los pueblos. Tienen envilecida su conciencia.
-Padre, ellos son grandes señores en este mundo.
-Es verdad, hijo, ellos para el mundo son impecables, son los “Caballeros de la Bolsa de Oro”, creen poderlo todo y comprarlo todo. El mundo les rinde alabanza y pleitesía como a dioses; pero viven engañados, pues ni con todo el oro del mundo podrían comprar un espíritu puro.
-¿Y qué valor les asignas tú, padre, a esos señores?
-Su valía es negativa, son en esencia peor que los animales. El perrito y el burrito son fieles y nobles compañeros del hombre. ¿Pero ellos?
-Son como culebras, padre.
-Así es, hijo, son como reptiles que infectan su mortífero veneno a los inocentes, como buitres que comen la carroña y como puercos: reyes y señores del lodazal del mundo.





















domingo, 6 de noviembre de 2016

FÁBULAS DEL LIBRO EL TRINO EN LA SELVA (SEGUNDA ENTREGA)


EL EQUILIBRIO DE LAS AGUAS


-Padre, ¿por qué siempre las aguas del río suben y bajan su caudal?
-Porque la naturaleza no es estática, hijo, y está sujeta a permanentes cambios.
-Sería lindo que siempre permaneciera en creciente- dice el hijo.
-¿Y qué te parece si permaneciera siempre en seco?- pregunta el padre.
-¡Sería horrible, no tendríamos agua, no habría pasto ni alimentos, nos moriríamos de sed!
-¿Y qué pasaría si siempre estuviéramos en crecida de río?
-¡Huy, el río se desbordaría, destruiría nuestras plantas, arrasaría con todo, ocasionaría destrucción y muerte!
-Eso es, hijo, tú lo has dicho, ambos extremos son peligrosos, por eso la naturaleza es sabia y siempre tiende a estabilizarse para que la vida florezca. Aun cuando desata su furia lo hace en busca de un justo cauce ya que su estado fundamental es el equilibrio.
-¡Qué maravillosa es la naturaleza, padre!
-¡Sí, es maestra de la vida, tenemos mucho que aprender de ella en los diferentes aspectos de nuestra existencia!




LA FLOR SILVESTRE
Para Silvia, entrañable amiga.


-Soy una Flor Silvestre desconocida, sólo me conocen los campos olvidados y las praderas vírgenes.
-Pero yo sí te conozco, hermosa flor –dijo un cierto pajarito.
-¿Me conoces?
-SÍ, eres la más preciosa de estas praderas, en ti habita el color y la alegría.
-Y yo también te conozco, florcita –tercio una mariposa extendiendo sus alas multicolores.
-¿Me conoces?
-SÍ, toda nuestra familia te conoce, de tu pecho hemos bebido un delicioso néctar.
-Y yo también –dijo una abejita solitaria que revoloteaba tranquila por ahí.
-¿Es posible? –preguntó aturdida la Flor Silvestre.
-Sí, tú nos das el maná para elaborar nuestra miel, eres como una madre que nos provee el sustento.
-Y yo también te conozco –dijo con voz bronca la piedra.
-¿Tú?
-Por supuesto, Florcita, tú haces renacer la vida, en tu corola palpita el arco iris.
-¡Y yo también te conozco! –gritó la nube desde lo alto, llorando gotitas de agua.
-¿Es posible que me conozcas, nube?
-Claro, eres tan bonita que me da gusto regarte. Con el día, relumbras como un diamante y me señalas el sendero.
-Y yo también –dijo suavemente el viento.
-Tú, viento amoroso, ¿me conoces?
-Cómo no voy a conocerte si cuando te acaricio con mis ráfagas, tu fragante perfume me extasía.
-¡Y yo también te conozco! – habló desde lo más profundo la madre tierra.
-Oh, madre adorada, tú me has dado la vida.
-Sí, bienamada, eres como una diosa, por tus poros emana la bondad.
-¡Y yo también te conozco! –retumbó la voz del cielo.
-¡Maravilla de maravillas! Tú, cielo omnipotente, ¿me conoces?
-No eres ninguna desconocida, delicada criatura, tú eres la pureza hecha belleza, la luz del sol hecha color, tú encarnas con otros seres puros lo bueno y lo bello en este aciago mundo llamado tierra.




LA LUCIÉRNAGA Y LOS SAPOS



   En el fondo de una oscura fosa, una familia de Sapos persigue a una Luciérnaga malherida.
Pretenden capturarla. Con monótono croar, la multitud salta en el charco siguiendo la luz que se enciende y se apaga.
-¡Hay que atraparla, hay que atraparla! – gritan en coro.
   La Luciérnaga jadeante se guarece en lo alto de la fosa.
-Allí está que alumbra y se apaga- dice el Sapo más saltarín.
-Sí, allí está y no se mueve –secunda otro.
-¡Baja, cobarde! –le increpa el sapo jefe
-¿Qué hacemos para que baje? –pregunta la caterva.
-Que venga el Sapo Sabio –ordena el jefe-. ¡Y que la haga bajar!
   El Sapo Sabio llega y con voz calma se dirige a la Luciérnaga:
-¡Baja al charco, Luciérnaga, si lo haces te perdonamos la vida!
-¿Perdonarme la vida? ¿Por qué? ¡Si yo no he ofendido a nadie!- contesta la Luciérnaga con voz suave.
-Sí, nos ofendes –dice el Sapo Sabio -. ¿Por qué alumbras? ¡Contesta!
-Porque así es mi naturaleza, amigo, así como tú croas, yo brillo.
-Pues de ahora en adelante –levanta la voz el Sapo Sabio –ya no podrás brillar ni alumbrar.
-¡Que ya no brille, que ya no alumbre! –corea la multitud de Sapos.
-El problema es que voy a seguir alumbrando así no lo quieran, así como ustedes seguirán croando a través de los tiempos.
-Si eres macho –ronca el jefe Sapo –baja y te la verás conmigo.
-Y si eres tan valiente ¿Por qué no subes? –interroga la bella Luciérnaga.
-¡Porque no puedo volar! –contesta gritando el jefe Sapo.
-Ves, hay cosas que no se pueden hacer, tú lo has dicho.
   Entonces el Jefe Sapo grita desesperado:
-¡Que todos los guerreros sapos lancen su veneno a la maldita!
   Y todos los sapos lanzan su veneno que solo sirve para cubrirlos de una capa espumosa.
   La Luciérnaga, luego de recobrar fuerzas, vuela irradiando su luz al cielo.




domingo, 23 de octubre de 2016

EL TRINO EN LA SELVA (LIBRO DE FÁBULAS)




El Trino en la Selva
Nicolás Masías Sosa


Primera edición Abril de 2010


De esta edición:
+ Nicolás Masías Sosa 
E-mail:nicolmas@hotmail.com
Teléfonos España: 912802573

619513307.
Teléfono en Piura, Perú:
346627


+ Casa Nuestra Editores E-mail: bienvenidos53@hotmail.com
Teléfono: (51) 004-2511855


Composición y diagramación: Luis Armas Moreno


Corrección de textos: Alberto Alarcón

Ilustración de Carátula: Óscar Alarcón Prieto


Ilustraciones interiores: Martín Vite Bautista
Diseño de Carátula:
Luis Armas Moreno
Alberto Alarcón


Foto de solapa: José Javier Martínez Palacín





C O N T E N I D O
Prólogo
Dedicatoria

   La Burbuja y la Vida/17
   El Árbol Viejo y el Árbol Mozo/20
   La Piedra que Destila Agua/22
   El Sol y las Nubes/24
   Perder para ganar/26
   El Árbol y el Bosque/28
   El equilibrio de las Aguas/31
   El Árbol y la Flor/33
   La Flor Silvestre/36
   El Sol, las Nubes, la Tierra y el Viento/39
   El Día y la Noche/41
   El Manantial/44
   El Arador/46
   El Congreso de los Reptiles/48
   El Pez Grande y el Pez Chico/50
   La Cucaracha/52
   El Arbolito y el Pajarito/56
   La Zorra y el Pez/58
   El Hombre Fracasado y la Hormiga/61
   La Flor y el Canario/64
   La luciérnaga y los Sapos/66
   La Serpiente, el Perro y el Burro/69
   Los Hitos y el Cóndor/73
   La Cotorra/75
   El Chilalo y la Urraca/78
   La Lora y el Niño/81
   El Juego del Gato y el Ratón/84
   La Liebre y el Perro de Caza/86
   Cuando el León huyó del Zorro/89
   El León y el Hombre Valiente/91
   El Tigre Disfrazado/93
   El Elefante Sabio y los Monos/95
   El Gallo Petulante y el Eco/101
   El Globo y el Cóndor/104
   El Artista y el Tiempo/108
   Las Señales/110
   Esopo Injuriado/113
   Los Caballeros de la Bolsa de Oro/115
   El Lápiz y el Papel/117
   El Lamento y la Serenidad/120
   El Buen y el Mal Pensamiento/122
   La Vida y la Muerte/125
   Un Granito de Arena/128
   Las Furias/130



P R Ó LO G O


   El rey Salomón hebreo, el germano Sigfrido, el indio Mowli, el británico Harry Potter, se cuentan entre los héroes que han pasado a la eternidad gracias a la meritoria virtud de saber entender el lenguaje de los animales. A ellos podemos asociar ahora a Nicolás Masías (aunque a él lo tengamos que incluir dentro de la categoría de los héroes de carne y hueso), fabulista del agreste Perú transterrado en el sofisticado zoológico de España, cuyo oído parece saber captar la rara frecuencia en que sienten y se expresan los animales, o al menos en que algunos animales parece que son capaces de entenderse con ciertos escogidos humanos.
   Las fábulas de Nicolás Masías reciben, por supuesto, el caudal de la influencia esópica clásica, el de la fabulística europea medieval, el de los moralistas del S. XVIII (La Fontaine, Samaniego, Iriarte) que encarnaron en las figuras y en las voces de las bestias los vicios y las virtudes de los hombres. Fuentes que él conoce y maneja a la perfección. Pero sus fábulas heredan, además, diversas tradiciones de la literatura popular escrita peruana (la que los filólogos identificamos con la literatura de pliegos o folletos de cordel), que un persistente laberinto de poetas, de narradores, de impresores, ha mantenido viva y pujante, contra viento y marea, en las condiciones a veces más modestas, y a veces más penosas (es decir, en las circunstancias más apropiadamente heroicas), hasta hoy. En las vueltas y revueltas de sus páginas, Nicolás Masías se ha encontrado además, y ha sabido asimilar muy bien, la tradición de lo que llamamos literatura infantil y juvenil, pues al público escolar están dirigidas, esencialmente (aunque no exclusivamente) sus fábulas.
   Ahora bien: no todo son herencias e influencias en estas páginas de Nicolás Masías. Creatividad genuina, emotividad personal, estilo a mitad de camino entre lo fantástico y lo pedagógico, dan a estos relatos un perfil absolutamente singular, lleno de frescura, de sinceridad y de calidez (tal y como es él). No hay muchos que serían capaces de poner en pie el pequeño teatro animal que pone en escena el autor de estos relatos, entre otras cosas porque el lenguaje críptico de los animales solo se deja entender por las pocas personas de carne y hueso que reúnen esos desacostumbrados requisitos.

José Manuel Pedrosa
Universidad de Alcalá de Henares
  



A mis hijos: Nicolás, Nilo y Said.
A mi inolvidable hermano
Mariano Masías Sosa,
consecuente luchador social,
en homenaje póstumo.


A G R A D E C I M I E N T O:
A mis Maestros: José Manuel Pedrosa de la Universidad de Alcalá, y Carmen Marcos de la UNED-Guadalajara, por sus valiosos consejos literarios.



Hoy, el sol, los pájaros, el viento, unos
niños, han venido a visitarnos: nos han
traído con la aurora la alegría de la vida.

-Padre, ¿por qué los sabios han
repetido siempre a través de los tiempos
los mismos principios?

-Hijo, porque, es necesario que los pájaros continúen trinando sus eternas verdades en el concierto de este reino.



 LA BURBUJA Y LA VIDA


Para “La Madre Sol”, con amor

La Vida dijo a una Burbuja que titilaba alegre:
-¿Quién eres tú?
-Soy una Burbuja, y aunque salte de aquí para allá, en mí late la vida, soy peregrina en el mundo, como todos los seres.
-Pero tu existencia es efímera – le respondió la Vida.
-Sí, es verdad; aunque eso es relativo, ya que sea que el tiempo tenga o no sentido para los seres y las cosas.
-El tiempo tiene significado –exclamó la Vida – todos los seres pretenden eternizarse.
-Es cierto, yo quisiera tener más vida y burbujear perennemente en la naturaleza, pero eso tampoco es posible, pues rompería la armonía del universo. No puede ser de otra manera.
-¿Quiere decir que te conformas con tu aliento fugaz?
-interrogó la Vida.
-Sí, hasta cierto punto. Hay hechos irreversibles, el hombre mismo pretende la inmortalidad, pero aun siendo tan pensante y hacedor de cosas maravillosas jamás podrá lograrlo.
-Pero la vida del hombre es mucho más compleja que la tuya.
-Si vemos los fenómenos aisladamente- intervino la Burbuja resplandeciendo con sus colores – hay entes que parecen ser y no son, yo soy consecuencia de todo un proceso, de toda una antiquísima historia. Si no hubiera agua ni aire no existiría. Sin estos fundamentales elementos no hubiera sido posible la vida en el planeta.
-Eres tan escueta. Me das mucha tristeza. Si estuviera en mi potestad prolongarte la existencia, lo haría – dijo la Vida mirándola compasivamente.
-No te aflijas –susurró la Burbuja condolida -, estoy cumpliendo mi rol en el concierto de la naturaleza, sólo trato de cumplir bien mi papel.
-Cómo no voy a sentir si yo te engendré y toda madre vela por sus hijos y los considera iguales, sean estos buenos o malos, feos o hermosos. Tú eres bella y me encanta ver cómo saltas, cómo brillas, pues en ti habita el arco iris; pero qué nostalgia cuando de súbito te desvaneces y quedas hecha nada sin vida…
-No te aflijas, madre- dijo la Burbuja agonizante- las sustancias que me forman seguirán subsistiendo en el aire, en el agua y en los seres a quien tú das vida animada.
Algún día me encontrarás en el jugo de una manzana, en la espuma de un lago, en el corazón de un cordero o en la neurona de un hombre.
-Sí, hija mía, te buscaré, te encontraré- dijo la vida emocionada y estrechó en su pecho a la Burbuja que se esfumó en el barro…


EL ÁRBOL VIEJO Y EL ÁRBOL MOZO


Un Árbol Viejo, ya seco y sin flor, vio a otro que crecía lozano y en soledad del otoño le quiso probar su corazón.
-Hermanito-suplicó el Árbol Viejo-, cuando crezcas ¿me darás la mano para levantarme?
-Nada me has pedido, noble anciano- respondió el Árbol Mozo- cuando crezca te levantaré con mis profundas raíces, mi robusto tallo y mi savia pura.
-Gracias, hijo- respondió el Árbol Viejo conmovido hasta las lágrimas- me has reanimado, la vida hermosa cuando hay comprensión y una mano se extiende a la mano caída. Y aunque no ofrezca pan y sólo brinde amor, eso basta para llenar un corazón.
El Árbol Viejo pudo vivir muchas hermosas primaveras con la savia que día a día le inyectaba el generoso y solidario Árbol Mozo.


LA PIEDRA QUE DESTILA AGUA


A una especie en extinción: Domi, Félix, Geul y Pakito.

-Padre, ¿por qué me has puesto a observar la Piedra que Destila Agua?
-Porque de ella hay mucho que aprender, hijo mío.
-¿Se puede aprender de una piedra que ´solo gotea?
-Si observas bien, verás que antes que la piedra destile, la gota se va formando poco a poco y cuando está hecha, cae; luego una gota nueva concentra sus moléculas para caer también precisa y sin cesar… y no deja de gotear ni de día ni de noche.
-¿Qué me quieres decir con ello, padre?
-Que constantemente hay que luchar para salir adelante en la vida. Y si hay dificultades, perseverar.
-¿Y qué otra lección encierra la Piedra que Destila?
-Que el conocimiento se va adquiriendo a través del tiempo, que no aparece en nuestra mente de un momento a otro, sino que, como la fuente, se va formando gota a gota.
-¿Y hay algo más que aprender, padre, de la Piedra que Destila?
-Si observas bien, hijo, la Piedra que Destila ha formado un manantial al que acuden ansiosos hombres y animales.
-Sí, lo he observado, padre.
-Pues bien, si toda piedra que gotea forma un manantial de vida, de igual manera todo hombre se asemeja a la Piedra que Destila, formará un manantial de trabajo, de ideas, de conocimientos, de espiritualidad, al que muchos seres irán a beber haciendo espléndida la vida y alegrando el concierto armonioso del universo.
-Gracias, padre, nunca olvidaré esta lección.
-Recuerda, hijo, que la naturaleza es sapientísima y si observamos con detenimiento nos ofrecerá lecciones magistrales.














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