viernes, 6 de julio de 2018

R I M A S




  
 

R I M A S

A mis queridos amigos y familiares, por nuestro feliz reencuentro.

La burbuja resplandece
llena de aire, de agua y vida;
pero jamás, nunca perece
en el océano perdida.

Una flor en primavera
es pura luz y color;
pero ella jamás se entera
de su invierno de dolor.

Un feliz pez del arroyo,
en el agua cristalina,
va sin saber del escollo
del ser que lo contamina.

Una tortuga cansina,
mansa, en su caparazón,
y una manada asesina
le destroza el corazón.

Pajarillos en su nido
se turnan con sus polluelos;
sí, entienden de su sentido,
del porqué de sus desvelos.

Sin fuerzas un viejo león
para seguir en su trono
debe matar al dragón
o huir como cobarde mono.

El hombre en su entendimiento
actúa como una fiera,
ahogando todo el aliento
del esclavo al que lacera.

El hombre inocente y bueno
va perdido en este mundo,
tragando tanto veneno
del monstruo más iracundo.

El demonio que es muy viejo
lo ampara la oscuridad;
pero el Bien no es un espejo,
sino la luz de verdad.

La Madre Naturaleza
gira y gira, malherida,
luchando por fortaleza
para un puerco matricida.

Quizá lo haga por el manso,
que le cura las heridas,
en la paz de su remanso,
para salvar muchas vidas.

Por el amor de la Madre
y su gran sabiduría,
no permite ni un desmadre
y aún mantiene la armonía.

—¿Qué es para la Madre Grande
el tiempo de la humanidad?
—¡Un suspiro que se blande
en la infinita eternidad!

La piedra que en su memoria,
como archivo de la tierra,
guarda celosa la historia
desde el fuego en plena guerra.

—¿Cómo fue que se hizo arena
si era roca al rojo vivo?
—¡Con su infinita cadena
del tiempo superlativo!

¿Por qué el destino del hombre
podrá ser al de la roca,
si ella es inerte, sin nombre,
y él su mundo lo trastoca?

Es verdad que es diferente,
con su inteligencia innata,
hizo un mundo prepotente
que a su semejante mata.

Todo por la bolsa de oro,
cometiendo horrenda bajeza,
para aumentar su tesoro,
hiriendo a la Naturaleza.

Para al final de sus días
de ignominia, de indecencia,
de agravios y tiranías,
cumplir la justa sentencia:

¡Serás polvo en el universo,
en camino a las estrellas,
en un paraíso tan diverso,
fulgurante de centellas!


(De los cuadernos “RIMAS”, de NMS)

 Ilustración: Martín Vite Bautista

 Alcalá de Henares, verano de 2018.

 NMS


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