Para mi querido sobrino, el doctor Salvador Masías Atarama,
por su buena ciencia y su buen trato con la gente.
Estaba en la selva el Burro
cuando se le acercó el Mono:
—Amigo quiero montar
a tu voluntad recurro
llévame en tu recio trono
como un rey a festejar
y te doy unas bananas
de las que están más cercanas.
—Ya que te quieres pasear
para hacer puras monadas
y de tu ingenio alardear
haciendo dar carcajadas
pues me pagas con granadas.
—¡Trato hecho, querido amigo,
te buscaré las mejores,
sé que hacen bien para amar!
¿Pero qué pasa contigo
es que sufres mal de amores
y no me quieres contar?
¡No, en eso tú eres campeón,
no creo que por mis temores
te hayan roto el corazón!
—No me gusta tu estribillo
siendo de baja calaña
es como un sucio gatillo
que dispara la cizaña.
Yo sé guardar mi reserva
en el tema que es privado
tú consigue ese bocado
si lo dicho se conserva.
—No está en mi ánimo ofenderte
eres un burro sensato,
y ahora conforme al trato
me monto en tu lomo fuerte.
—La fruta me das primero
no sea que en la alegría
y en medio del aguacero
bien paseado todo el día
te pongas de ánimo fiero.
—Mi conducta no es astuta
por eso voy por la fruta
espérame aquí un momento
que te traigo el alimento.
—Me encanta tu proceder
así marchan los amigos
no actuando como enemigos
sino con buen entender.
El Mono cual lagartija
trepa y trae con premura
la fruta madura y roja.
El Burro se regocija
con la miel de su dulzura
que ha su paladar le antoja.
—Amigo a cabalgar
sostente bien de mis crines,
que hasta el hombre en su pensar
los usa para esos fines.
—¡Por Dios santo es una gloria
pasearse de esta manera
ni un mono en toda su historia
ha puesto así su bandera!
—¡Mono, amigo, con prudencia
es mejor la sencillez
que así se imparte docencia
contra tanta insensatez!
—Andar sentado en tu lomo
es lo que me sobrepasa
sentirse como un Rey Momo
glorificado en la masa.
—Al cielo se glorifica
por su poder infinito;
¿un mortal qué significa
siendo un ser tan pequeñito?
—¡Ves! Todo el mundo me admira,
hasta el malo del gorila,
que le parece mentira
que cabalgue como Atila.
—Amigo, es una ilusión
lo que durará el paseo;
éste es tan solo un recreo,
luego vas a tu función.
—De esta manera quisiera
yo vivir toda la vida;
te pago con la comida
si me sirves de primera.
—¡Yo soy Burro en libertad,
no me interesa tu oferta!
Ser libre es mi gran deidad,
¡por mi madre que está muerta!
—No he querido someterte,
solo un trabajo decente;
me sirves como valiente
y puedes entretenerte.
—Esa es esclavitud pura,
el que monta es un tirano,
haciendo la vida dura
con un trato inhumano.
—Seré alma considerada,
te daré doble ración,
por la noche tu escapada
con tu burra de ocasión.
—Amigo, no has entendido,
no altere usted mi paciencia,
que hasta un santo bendecido
estalla con la imprudencia.
—Amigo Burro, disculpe,
ya comprendí su postura;
es piedra que no se esculpe,
y presionarlo es locura.
—Me alegra que me comprenda,
podemos seguir charlando,
mientras usted va paseando,
yo libre de toda rienda,
en la selva caminando…
Fin de la primera parte.
Continuará.
Alcalá de Henares, otoño de 2018
NMS
Cuadernos de NMS: Diálogos.
Ilustración de Martín Vite Bautista

16:25
nicolas masias


2 comentarios:
MUY BUEN CONTENIDO Y BRILLANTE LA ESTRUCTURA, ESTO ES BELLEZA PURA.
Un abrazo inmenso mi entrañable amigo Unknown por su magnífico comentario.
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